martes, 14 de junio de 2011

sere ese naufrago

Todo el mundo debería arrojar una botella al mar, para que naufraguen en los océanos del tiempo.
Yo hoy quiero arrojar la mía, para que el resto del mundo sepa de mi existencia y la de mi pena por una amistad. Que esta botella naufrague en un mar, donde una vez surgió la desconfianza, el enfado, la desamistad… Dicha botella será dirijida hacia una buena orilla donde un día existió la comprensión y la confianza.
Esta botella espera llegar a esa orilla, sana y salva, para que el que allí la está esperado, la lea y la conserve. Para que sepa, que otro náufrago, en otra orilla, lo está esperando, lo aprecia con el alma de una isla perdida del mundo, esperando ser rescatado y llegar a la orilla, de la que nunca más quiere alejarse. 
En esta botella naufragan recuerdos de los que un náufrago en algún lugar del mundo se ha desprendido, no para olvidar, si no para hacer hueco a mejores que están por venir. Para que estos recuerdos dejen hueco a otros. Estos recuerdos no saldrán de la botella, no se olvidarán seguirán navengando por el mar,para que a cada orilla a la que llegue, y cada náufrago que los lea, sepa que existe una amistad, más fuerte que la fuerza del viento y del mar, capaz de dar vueltas al mundo, parando por orillas tranquilas pero tambien mares revueltos, pero todo esto, sin romperse, sin perder los recuerdos, manteniéndose firme. 
Hoy soy yo ese náufrago que lanza esa botella.

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