Me quedo mirándote, mientras intentas soñar, con cosas eternas que sino luchas con todas tus fuerzas nunca tendrás. Aunque estés cansado del día, me dedicas unos últimos besos y miles de caricias hasta que tus dedos no responden a las ordenes de tu cerebro. Y aunque no este dispuesta a dormir te acompaño en la respiración, observando, queriéndote en silencio, protegiendo tu cuerpo entre mis brazos. Escuchando como late tu cuerpo. Y cuando me aseguro de que estas completamente somnoliento es cuando aprovecho a contarte todo lo que siento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario